Desde
algunos colectivos profesionales se están lanzando mensajes de que esta es una
situación normal y de que es casi imposible encontrar facultativos sin
conflictos de interés con la industria farmacéutica.
Desde la
Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública queremos
puntualizar que:
1.- Es un hecho contrastado que
todos los miembros de la Comisión creada por el Ministerio tienen relaciones
con las grandes multinacionales farmacéuticas, entre las que destaca la empresa Gilead que comercializa el Sovaldi a un precio
exorbitante, sin relación con los gastos ocasionados en la investigación ni en
la fabricación del mismo.
2.- Es falso que la mayoría de los
facultativos del Sistema Sanitario Público reciban favores o beneficios de los
laboratorios, a pesar de las agresivas políticas de marketing destinadas a
influenciar sobre su prescripción, que suponen entre 20-40% de su facturación.
La propia FADSP es un ejemplo de este compromiso.
3.- Esta estrategia de generalizar
los conflictos de interés a toda la profesión médica está dirigida a exonerar y
hacer aceptable la composición de una comisión que debe tomar importantes
decisiones para el sistema sanitario (sometido a importantes recortes por el
actual Gobierno) y para los afectados por Hepatitis C.
4.- Los protocolos de actuación
sirven de guía a los profesionales del sistema, y tienen enormes repercusiones
en la salud de los pacientes y en el gasto sanitario presente y futuro. En este
caso, los expertos deben elaborar un plan estratégico, es decir una guía para
todos los servicios de salud sobre un proceso frecuente como es la hepatitis C,
en una situación muy especial, donde existe una fuerte confrontación entre los
intereses de la industria, los derechos de los pacientes y el SNS. La
responsabilidad es enorme y es inexplicable que el Ministro Alonso haya
seleccionado a expertos con fuertes intereses cruzados con Gilead.
5.- Para acabar con unas prácticas
que incrementan desde hace años, de manera irracional e innecesaria, el gasto
sanitario, es necesario que el Sistema Nacional de Salud desarrolle de una vez
por todas una política de investigación propia e independiente de la industria,
aprovechando sus importantes recursos económicos y humanos, forme a sus
profesionales al margen de los laboratorios y controle las estrategias de
marketing de la industria farmacéutica.
Federación
de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública
20 de enero
de 2015
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